Mi legado ancestral es de buscadores...
Buscadores de la Luz/verdad que subyace a todo lo Creado.
El Camino que conduce a esta Luz no es hacia el exterior sino hacia el interior. En nuestro corazón. En donde susurra la "Voz del Silencio".
He sido guiada por esta Voz, la Voz de mi Alma.
Aquella que conoce mi verdadera esencia y propósito.
Transité Caminos verdes llenos de árboles en flor. También me he encontrado con algunas piedras, ramas caídas y tormentas.
Todas ellas enriquecieron profundamente mi Ser y he tenido la bendición de probar el dulce néctar de sus enseñanzas y atesorar sus frutos.
La vida me ha enseñado que todos mis hermanos son también mis Maestros. Disfrazados de distintas formas, una planta, un animal, una gema, un amigo, un enemigo.
Y que cada mirada, cada creencia, cada cultura, implica un hilo que conforma la gran tela de la Verdad.
Aprendí que, cuanto más conectada estoy con lo mejor de mi misma, puedo contribuir de una mejor manera con el mundo. Conociéndome puedo transformar aquello que no me gusta de mi y hacer brillar más intensamente mi Luz. Para irradiar mi pequeño mundo. Y ,desde allí, el Mundo entero.
Cada uno planta su pequeña semilla de estrella.
Su pequeño gran punto de Luz.
En mi trayecto incorporé varias herramientas que facilitan el auto-conocimiento, la armonización de los cuerpos, la transmutación de las sombras en Luz.
Aprendí y continúo aprendiendo las Leyes que rigen a este Universo. El fluir de la energía. La Geometría Sagrada. El idioma de las Estrellas y de los Números.
Y también aprendí que un guía es un compañero que puede alumbrar tu camino con su Luz, hasta que comprendas que eres tu mismo el que puedes ver, activar y utilizar tu propio faro.
Este es mi Camino Sagrado. Puedo ser tu guía en esta parte de tu Paisaje. Y tu Maestro? Tu Maestro habita en tu corazón y será él quien determine tus pasos.
María José

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